octubre 2011

LANGOSTAS EN REMOJO

Hubo barcos montados en 500 y hasta mil cucos por tripulante. Legal, na de cuento. Hubo regocijo. Al fin se enteran dijeron. A ellos (el gobierno) les conviene porque ellos (el gobierno) venden la tonelada a 30 mil dólares y a la tripulación se la estaban pagando el 0,5% de la cifra. Y empezaron a pagar el 1% a repartir entre la tripulación y fue la lluvia de cucos.

Por la izquierda se siguió vendiendo a los chiquipacas1 de Cajío Guanímar Caimito o del mismo Batabanó, que son los abastecen los paladares y las despensas de los nuevos ricos de La Habana. Pero mucho menos. Los chiquipacas las pagan al doble de lo que pagan ellos (el gobierno). Es decir que el mercado negro la paga al 2% e incluso al 2,5% del precio en el mercado mundial. Y no obstante el marinero prefirió el gobierno a la ilegalidad.

No había que ser económico ni ingeniero ni inspector ni de la secreta para saber que más de la mitad de la captura no iba ni a Francia ni a España ni a Japón, y hasta el más analfabeto de los pescadores estaba apto para dar lecciones a los másteres del Ministerio de la Pesca. Sencillo: paguen un poquitín más. Ganarán un poquitín menos por tonelada, pero la producción se les duplicará y hasta se les triplicará. Aprendan coño.

Y así fue. La economía subterránea que alimenta a cientos de familias entró en crisis. Las de los cientos de chiquipaqueros, de neveros, de luchadores y de paladareros. También las de los que se embarran que son los inspectores que hay que tocarlos, los cevepés y la policía que protege avisa y cobra el servicio.

Y los pescadores eufóricos agradecidos de hacer las cosas legal. ¡Porque el sueño del cubano masa es ganar dinero legal! ¡No tener que inventar sobornar delinquir! ¡Y el sueño mío que es hacer un post hablando bien del gobierno! ¡Y creí que había llegado la hora! ¡Y estuve a punto de hacer ese post! ¡Al fin los comunistas hacían algo reconocible!

Pero me voy a quedar con las ganas, porque la alegría duró poco.

Hace un par semanas el runrún se oficializó. Los langosteros salen, calan las nasas, y al otro día a recogerlas y dale a puerto que ahora hasta junio del año que viene. ¡¡¡Hasta cuando!!! Lo que oyeron. Hasta junio. Entonces noviembre, diciembre, enero, febrero, marzo abril mayo, ¡siete meses de veda tiempo muerto viviendo de qué, ¿del aire?!

Porque no guardaron pan para mayo ni maloja para el caballo porque no avisaron, que si avisan el plan que sobre cumplen es el de la venta paladarina. Que quien ha visto un pescador guardando pan para mayo un hombre que está diez días en la mar darle dinero a la mujer que se queda sola en casa a santo de qué. El pescador cobra y a fajarle al bucanero hasta que se seque el bolsillo.

Y no diga usted los pescadores solos; ¡la fábrica de langosta con más de doscientos obreros! Que la veda siempre fue en febrero, que con los nortes recala bastante langosta del Golfo de México.

En el combinado pesquero las reuniones en pequeños grupos. Los barcos de la zona 2 por la mañana, de la zona 3 por la tarde, al día siguiente los de la zona 4, el jueves la gente de la fábrica. Los ánimos están caldeados y los directivos dividen no para vencer sino para no perder, porque si a los mil y pico de trabajadores de la pesca los juntan para la mala noticia, la presión hará saltar la válvula de seguridad y quien sabe.

¿Pero y por qué parar ahora, justo ahora? Porque se cumplió el plan anual de 900 toneladas en solo cuatro meses que hacía años no se cumplía, y los europeos ya no quieren más. Ah, vamos, tírame otra que esa no la creo. Bueno porque se está extinguiendo la especie. ¡Eso es cuento compadre! Bueno, porque no hay mercado. ¿Se acuerdan toda la langosta viva que se le vendió a China hace cuatro años? Metimos la pata porque los chinos hicieron viveros y ahora tienen el mercado para ellos y nosotros cero. Y mentecateces por el estilo para transferir la culpa y canalizar la furia.

Pero el año que viene, ay, el año que viene, va y cumplimos el plan. ¡Tarro! El año que viene será el desquite. ¿Quieren oír mentiras? Pues afínquense, que mentiras y no langosta es lo que va a sobrar.

 

QUE NADIE TOQUE NADA

Y el que me haga sombra, se va. Una empresa ganadera inglesa que opera desde 1909 en Venezuela, acaba de ser expropiada por el jeque venezolano en su cruzada contra la propiedad privada, mientras su mentor de La Habana pide al pueblo cambios de mentalidad para que fluyan las reformas capitalizantes que deben mantenerlo a flote.

Pero el chaleco salvavidas no se infla por más que se sople, y el que hace cuatro pesos sigue siendo mal mirado por la horda fanática que bajó de la Sierra, adoctrinada con la ley del pudismo de ricos malos, y de pobres buenos.

Decía Martí que cuando hay muchos hombres sin decoro, hay hombres que llevan en sí el decoro de muchos hombres. Y aplíquese la doctrina al ámbito económico. Cuando hay muchos hombres que no progresan, hay los que progresan por esos muchos y no porque exploten, sino porque nacen con estrella.

Sea realista y aléjese el vitierano disparate de la pobreza irradiante, que entre los apologistas de la pobreza hay pobres que lo son por gozadores o por holgazanes, a veces por ignorancia o mala suerte congénita sí, pero también por descaro oportunista congénito, que critican porque envidian y entonces crucifican al que logra hacer cuatro pesos. Cabe que el que haga cuatro pesos orille al decoro, sí, pero cabe también que lo lleve encima como banderín y por ahí viene la cosa, que ni el pobre es bueno por ser pobre, ni el rico malo por ser rico.

Ñancahuazú no el de Bolivia sino el de Batabanó, el barrio que fundó el mismísimo Castro en los sesenta para desarraigar a una vasta comunidad de campesinos de sus fértiles tierras, amaneció sitiado hace un par de semanas. El pequeño agricultor más exitoso de la comarca, Perilla, fue el objeto del estridente operativo.

Con más de veinte años sembrando tierras a la cuarta, se cuenta que Perilla llegó a cosechar más de 100 quintales de arroz cuando el arroz se puso a más de mil pesos. Se cuenta que apostaba fuerte por el ajo por frijoles en fin por lo que mejor se vendiera, que arriesgaba el capital siempre con dividendos, que se benefició de la ley de tierras en usufructo, en fin, que luchó y creció y siguió luchando y creciendo, hasta que su éxito empezó a hacer sombra a la pobreza irradiante de la teleología vitierana.

Y construyó una segunda planta en su casita de la calle principal de Ñancahuazú, y acondicionó una especie de motelito, y en la planta baja almacenaba el ajo y el arroz y los frijoles… hasta el explote en El Trigal.

En el capitalino almacén de productos agrícolas se descubre el desfalco. Dicen. Los directivos huyen con la pequeña fortuna hacia el sur de la Florida, dicen, y la peste el último.

Se cuenta que Perilla, técnico del centro de acopio municipal, había dado salida a un camión de ajos que nunca llegó al Trigal, y por ahí, dicen, que va la cosa.

Ñancahuazú amaneció tomada por dos camiones de tropas especiales, agentes de civil y carros patrulleros, un despliegue tipo comando con el que se podría neutralizar toda una banda terrorista o de narcotraficantes. En bandeja para un atónito Perilla. Se cuenta que se decomisó un revólver, además de todo el ajo almacenado para semilla y demás productos agrícolas, sin formularse cargo alguno por el momento.

Se dice que el despliegue militar se debió al temor de una reacción popular: Perilla próspero capaz ídolo del pueblo mal ejemplo para el pueblo. Perilla catalizador de las aspiraciones progresistas de la juventud. Se dice que el pueblo condenó el cinematográfico operativo y que hasta algún huevo lanzó. Se dice que estuvo incomunicado los primeros siete días en Cien y Aldabó y que sigue incomunicado bajo investigación. Se dice que buscan la forma de inculparlo para no tener que devolver lo que le quitaron o para tener un chivo expiatorio y sabrá Dios…

El caso es que para él y los dolientes, recién se inicia la pesadilla de un proceso kafkiano. Y para la población, un mensaje de quién manda. Perilla está condenado por hereje. Ha desertado del credo vitierano. Ha violado el dogma. Ha pecado de prosperidad, faltado a misa en la casa del Partido, y demostrado que sí se puede avanzar sin el consentimiento de la anciana inquisición verdeoliva.

 

1 Embarcación rústica

El dueño de la tierra se queda con una cuarta parte de la cosecha. El resto para el inversionista.