Octavo contacto

La vida de los nosotros




 

Que informa del último paso a dar con Virgilio antes de cerrar la primera etapa del caso

  • La mujer viene de Oriente con las tres hijas. Te digo de Oriente… bien monte. Viene detrás de un marido que se echa. Se deja de ese marido, y engancha con otro. Otro con casa, claro, dispuesto a cargar con vaca y terneras. Pasa el tiempo, las hijas van creciendo… y van metiendo la pata una a una. O sea que, en menos de cinco años, nacen cinco nietos.

  • Más la tercera barriga de la hija mayor: seis nietos.

  • Exacto.

  • O sea cuatro mujeres y seis niños, que llegan desde un municipio de remanga-la-tuerca solo con la ropa que llevan puesta. Y van al gobierno a reclamar casa y ya, hay que darles casa así como así, o de lo contrario van y se quejan “a la gente de los derechos humanos”.

  • ¡!

  • ¡Yo quisiera ver en qué país del mundo la gente va al gobierno municipal a exigir una casa como… como se exige un trozo de pan! ¿Y la casa que dejan en Oriente? ¿Y por qué le paren al primero que llega? ¿Por qué no esperan a tener las condiciones?

  • Porque si esperan a tener condiciones, caballero gallardo, les agarra la menopausia. Dentro de diez o quince años, con los trabajos que pasan, no va a haber dios que les meta el diente. Echarán barriga, se les caerán las tetas, se aflojarán sus carnes, perderán el brillo en los ojos, la inocencia... Además, ¿para qué van a vivir? La joven que estudia en la universidad, por ejemplo, tiene una razón para no parir. La que tiene una carrera como músico o deportista, tiene otra razón. Pero una ignorante que no tiene un techo, que por ende no tiene cambio de dirección y por ende el Estado no le da trabajo en una provincia que no sea la suya… tiene que buscarse una razón para levantarse de la cama todos los días. Y parir, y criar un hijo, es la más universal de las razones.

  • Bueno y por qué primero no luchan la casa, o al hombre que les dará la mitad de la casa si le paren. Camilo: la gente está equivocada. La gente se mal adaptó; la gente perdió el sentido de la responsabilidad sobre sus propios actos, y se piensa que el gobierno es un mago con un sombrero que aparece las cosas por arte de magia.

  • La gente no se mal adaptó, Che. Fue la revolución quien obligó a la gente a perder el sentido de la responsabilidad material sobre sus propias necesidades. A la gente emprendedora los acusó de pequeños burgueses explotadores, los demonizó, les puso una camisa de fuerza, y los convirtió en obreros obedientes. La revolución prohibió al pueblo tener sentido de la responsabilidad material. La revolución prohibió a la gente capitalizar: todos serán obreros rasos, y hay del que se atreva a ir más allá.

  • Está bien, pero ese no es el punto ahora. El punto es que ni siquiera los Estados Unidos permiten la inmigración desordenada. ¿Qué le hacen a los mexicanos ilegales? Los deportan. Los americanos saben que si dejan entrar al país a todo el que necesita emigrar, se arma una crisis social, política, y económica. Ni siquiera ellos –ni remotamente- tienen la infraestructura necesaria para dar respuesta a la miseria que hay a nivel mundial; contra y menos nosotros.

  • Deportan a los mexicanos, pero no deportan al de Texas que emigró para Nueva York. La comparación es incompatible, Che. Ningún país deporta al hombre de campo de su propio país que emigra hacia la capital, a no ser Cuba y Corea del Norte. Y ningún país le niega el derecho a trabajar de forma legal a ese hombre de campo en la ciudad, solo por no tener cambio de dirección. A un inmigrante ilegal extranjero sí, pero no a un nacional.

  • ¿Bueno Camilo, y qué hacemos entonces?

  • Dejar que esa gente luche lo suyo. Esas chiquitas no fueron al Poder Popular a exigir una casa, según tú. Esas chiquitas fabricaron sus bajareques, y a los tres días ya se los querían tumbar.

  • Porque los fabricaron en tierras de la cooperativa.

  • Los fabricaron en medio de un marabuzal-basurero que estaba en tierras de la cooperativa. No destruyeron una siembra de frijoles o tomates, sino un marabuzal en un terreno que, ni se puede urbanizar, ni se puede aprovechar debido al hueco en que está situado. Déjate de eso, Che. A eso se le conoce como asentamiento informal, o llegaypón, y los hay en todos los países en vías de desarrollo. Tú la cuenta que tienes que sacar es que, quien hace algo así, está desesperado y bien desesperado. Eso fue hecho en un solo día. Arrancaron trozos de zinc de una cerca y abrieron latones viejos para forrar las paredes. Y el techo lo hicieron con fibrocenes partidos, como quiera, sin caída y con palos de monte. Yo quisiera que tú vieras cómo el sol castigaba esas paredes y techo; posible que cuarenta grados de temperatura. Y de noche; a dormir con un machete bajo la almohada por los mira-huecos, que la casa está llena de hendijas y son mujeres solas, con niños chiquitos, cada una en su bajareque.

  • Pero el terreno tenía dueño, Camilo. Y tú no sabes si había o no había planes para urbanizarlo para la gente de la cooperativa.

  • Sí, cómo no. Según la lengua de las mujeres –que tú vistes el vídeo- había planes para entregarlo en título de propiedad, pero… a quien tuviera tres mil pesos para sobornar a los jefes de la cooperativa.

  • De eso no hay pruebas Camilo.

  • De eso, ni de casi ningún delito cometido por funcionarios del gobierno. A ver: ¿cuánto cobran los funcionarios de la base de camiones de carga, por una plaza de chófer? Diez mil pesos. ¿Y cómo probar eso? ¿Y cuánto cobra un jefe de comercio por otorgar una licencia a un emprendedor que quiera vender refresco en una pipa? ¿Y cuánto cobra el jefe de los inspectores por no ponerle el pie al vendedor? ¿Y cuánto cobra el de vivienda por otorgar un permiso de construcción en una parcela determinada? ¡Vamos, Che! Esas mujeres pobres e ignorantes, para combatir esa poderosa maquinaria burocrática, solo cuentan con una cosa: su propia lengua.

  • ¡!

  • Mira: piensa en un gato. Tú sorprendes a un gato callejero robando algo de tu cocina, y tú lo azoras. Y si vuelves a dejar pescado o carne sin tapar, ese gato volverá a robarte por instinto de supervivencia, porque no tiene opción al hambre que pasa, pero siempre huirá si lo atrapas. Ahora bien, si tú a ese gato lo acorralas y le cierras la huida, ese gato, muerto de miedo y como esté, se defenderá hasta la muerte. Te saltará a la cara, te arañará, te morderá, y si le enchuchas un perro buldog hará lo mismo con el perro, aunque el perro lo descuartice.

  • Mi teoría de la persuasión, de la no-asfixia económica al pueblo llano, para que no cierre filas con la contrarrevolución. Eso lo aprendiste de mí, Camilo, no vengas a bailar a casa del trompo.

  • Lo aprendí de ti, pero ahora mismo se te está olvidando. Parece que recibiste palos de tus jefes de arriba, y adiós teoría, y no me interrumpas más. Te decía que si lo acorralas –al gato quiero decir- atente a las consecuencias. Acuérdate del refrán que dice que “se defiende como gato bocarriba”. Y lo mismo ocurre con esas mujeres. Ellas, acorraladas por la miseria y la desesperación, llegaron al basurero y fabricaron allí. A los tres días llegó un inspector, les cobró una multa de 500 pesos, y les ordenó derribar el bajareque. ¿Con qué coj…nes van a pagar esa multa si, ni vendiendo el bajareque, ni vendiendo todo lo que hay dentro, ni vendiéndose ellas mismas, podrán conseguir los 500 pesos? ¿Y si les derriban el bajareque para dónde van a ir, para el portal de la bodega?

  • Y ahí es cuando aparecen los caballeros andantes de los derechos humanos. ¿A ver, si son tan buenos, por qué no las ayudan con el dineral que reciben de los millones que paga Washington para desestabilizar la revolución? Ellas en Oriente vivían en alguna casa, porque en una cueva no nacieron. Pues, con el dineral que reciben de los Estados Unidos, que esa gente le compren materiales, y que hagan un agrego en el patio de la casa en que nacieron.

  • ¿Che y si esa mujer, con las hijas, vivía agregada en un edificio de apartamentos en casa de la madre, con otra hermana, igual que ella, llena de hijos?…

  • ¿No acabas de decirme que vivía en un monte en remanga-la-tuerca?

  • ¡No es el punto, Che! ¡Coño, que te pones bruto, te trancas! ¡Estoy hablando en términos generales: casa con patio, apartamento, lo mismo da!...

  • ¡Baja la voz! Baja la voz que nadie tiene que enterarse que estamos discutiendo. Pasa el pestillo a la puerta, haz favor.

  • Ok. Lo que gana la gente de los derechos humanos, lo que paga Washington a cada uno de ellos, es el mínimo para poder comer, para vestirse, pagar el teléfono, la internet, y como mucho, para viajar al interior de la isla a hacer proselitismo. ¿Pero para comprar materiales para mejorar la vivienda de una tercera, una cuarta o quinta persona, así como así? ¡Che!... ¿Tú no sabes a cómo está el cemento? ¿La mano de obra? ¡Un ojo de la cara! Esas mujeres están como el gato bocarriba, en una jaula cerrada, con un perro buldog hambriento. El jefe de la cooperativa recibe presiones del gobierno municipal, tanto el uno como el otro se lavan las manos pasándose el uno al otro la papa caliente, y tan normal como siempre. Y bien bobo sería Virgilio, que está buscando la forma de darle forma –y valga la redundancia- a su teoría de una oposición sustentable; te repito que bien bobo sería, si no aprovechara esta cobertura para dar a conocer su iniciativa. Bien bobo sería.

  •  

  •  

  • Está bien. Vamos a tomarnos un café, vamos a relajarnos, y vamos a pensar con la mente fría.

  •  

  • Su oposición sustentable, es sustentable por un lado, pero sustentada por el otro, ¿no es así? Porque, el video que tomó a esas mujeres hablando villas y castillas de la gente del gobierno municipal, fue colgado en un sitio web que para nada es sustentable. Es una página de las más conocidas de la contrarrevolución, sustentada por fondos de Washington.

  • Exacto. Su proyecto de oposición sustentable, según él, no reniega de los canales establecidos ya, sino que los utiliza, les da un nuevo uso. Te voy a poner el ejemplo que él me dio: cuando se produce un desalojo, lo normal es que, a dicho desalojo, acuda un periodista independiente, lo filme, y después lo cuelgue en una página web, o en Facebook. ¿Qué hacen ustedes, la seguridad? Pues prevenir estas cosas deteniendo al periodista unas horas, quitándole la cámara, y listo. Al otro día nadie se acuerda; a lo sumo una denuncia por Radio Martí que pasa inadvertida entre noticias mucho más importantes, pero que, a dicho periodista, le sirve de aval para cobrar su mesada y para engordar su currículum como luchador por la democracia. Esto me lo contó Virgilio, no salió de mi cabeza.

  • Me queda claro.

  • Bien. Un periodista independiente reconocido, tirando vídeos de forma clandestina, o sea de lejos, suponiendo que ustedes le dejen filmar de lejos… no va a tener el efecto mediático que requiere el vídeo para que impacte, para que no sea uno más. Las víctimas del desalojo estarán demasiado alejadas de la cámara, y las tomas del desalojo van a ser solo un puntico al fondo de la pantalla. Ahora bien, si como dice Virgilio tú, sin anunciarlo, citas a tu casa a esas mujeres con los muchachos chiquitos –presta atención- y ya sin la presión de la policía, de la seguridad del estado y de los respuesta rápida, le haces una entrevista y le das la oportunidad de hablar, de desahogarse… esas mujeres van a ser las protagonistas de todo un reality show. Un reality… reality de verdad. Ten en cuenta que esas mujeres no van a hablar de entidades abstractas. Esas mujeres no van a hablar de las instituciones del gobierno, sino de los funcionarios municipales del gobierno en concreto, con nombres y apellidos. Y todo lo que digan va a ser creíble, solo por la pasión con que lo dirán. Y como no se van a maquillar para salir por televisión, su estalaje va a ser de gran impacto. Y el estalaje de los niños va a generar una solidaridad inmediata no ya en la página web a donde se publicará, sino en el pueblo en el que viven, entre los vecinos que las ven pasar por la acera todos los días, porque el vídeo se pasará de mano en mano a través de memorias flash no como un acontecimiento noticiable, lejano, sino como un chisme local. Y ni hablar de los funcionarios a los que acusarán de sobornos, corrupción, y sobre todo de insensibilidad con las necesidades del pueblo. Esa anécdota sencillísima que ellas hacen, de que a la mujer de la OFICODA no le interesa de dónde el niño suyo va a sacar el litro de leche… eso, vaya, eso es lo máximo desde el punto de vista mediático, para desenmascarar los “sentimientos verdaderos” de quienes están encargados de llevar a cabo las políticas humanitarias de la revolución. Las lágrimas de esa mujer son una bomba mediática.

  • Ya. Hay un documental independiente ahí que cogió premio en 2007 creo, que habla de eso mismo. O sea, que explota las lágrimas de una madre a quien el gobierno municipal le niega un litro de leche para el hijo; le dice que su hijo, para efectos legales, no existe.

  • Eso más o menos es la oposición sustentable. No se trata de una reunión convocada, anunciada, donde no interesa tanto lo que va a tratarse en la reunión, como sí el acto de desafiar la prohibición de reunirse, para luego denunciarlo en Radio Martí y en Cubanet. Éste último ejemplo que acabo de referirte, según Virgilio, es una forma de hacer oposición. Solo que una forma insostenible de hacer oposición para quien no reciba ayuda del exterior, para quien dependa de un negocio o de un empleo con el Estado. Esas personas que desafiaron a la seguridad, o bien reciben ayuda de alguna institución o de algún familiar en el exterior, o bien llevan un “modo de vida al margen”.

  • ¿A qué te refieres con eso de… modo de vida al margen?

  • Al que presta dinero al garrote, por ejemplo. Es uno de los pocos negocios ilícitos en los que no hay prueba material alguna del delito, porque no necesita ni del movimiento de materia prima ilegal, ni del movimiento visible de una clientela. Pero esos son los menos, porque con “modo de vida al margen” Virgilio se refiere, sobre todo, a los hombres y mujeres que, teniendo dos buenos brazos y dos buenas piernas, no se ocupan de capitalizar, de manera responsable, para mejorar el nivel de vida, sino que esperan con paciencia a que sea otro el que lo haga por ellos.

  • Alguna política del gobierno que le ponga el alpiste en la boca.

  • Ajá: los hombres-masas. Y digo capitalizar, por ejemplo… incursionando en el mercado negro, o luchando un empleo estatal con acceso directo a recursos materiales, o de lo contrario a puestos administrativos proclives a recibir sobornos.

  •  

  • Los que viven al margen son una especie de rebeldes pasivos. Hay quien se rebela contra la miseria, esforzándose más y protestando menos. Pero hay quien se rebela contra la miseria esforzándose menos y protestando más. Estos últimos son los que viven al margen según Virgilio; son la masa acéfala que vive de raspar el día a día: son hombres con alma de obreros. Hoy por la mañana chapean un patio por cincuenta pesos, y por la tarde, con los cincuenta pesos, compran el arroz, los frijoles, y las salchichas de la comida que es lo más barato. Mañana les dan un pantalón a vender para que le ganen algo, y zapatean todo el pueblo y se buscan los cincuenta pesos de la comida de ese día con la venta del pantalón. Y al tercer día no encontraron qué hacer, y tan campante se van al parque a jugar dominó y a tomar alcohol barato con la quilera que sobró, y si son mujeres, pues a mirar telenovelas hasta la madrugada, para escapar de la miserable realidad viendo cómo vive la gente rica en el capitalismo. Esos hombres y mujeres simples que no capitalizan, de cierta manera, son invulnerables a la asfixia económica porque ya, de hecho, viven asfixiados, y se adaptan de lo lindo. Por lo general tienen un bajo nivel cultural: esa –según Virgilio- es la harina de la masa que conforma a la oposición.

  • Todo eso es demasiado simple. Hay matices…

  • Claro que hay matices, Che, no he dicho que no. Te hablo en términos generales. No estoy diciendo, ni remotamente, que la oposición en Cuba funciona con la misma estructura de los partidos comunistas en los países del tercer mundo: tres o cuatro inteligentes y/o listos agitadores, pagados por Moscú, y una masa miserable de obreros ignorantes y desesperados, arengados por la demagogia de un futuro mejor, derrotando el poder del régimen burgués. Te estoy diciendo que eso, precisamente, es lo que quiere evitar Virgilio. Virgilio quiere evitar que la oposición se estructure de esa manera: tres o cuatro inteligentes-listos pagados por Washington, cosechando seguidores solo entre esa parte de la población cubana que describo arriba: es decir, los que viven al día. Virgilio está buscando el modo de captar a lo que él denomina “la clase responsable”, o sea los que no se resignan a esperar en el nido con el piquito abierto.

  • Ya.

  • Por ejemplo, los pequeños agricultores, que no pueden darse el lujo de hacerse arrestar al ir a una de esas reuniones simbólicas solo para ser noticia de dos minutos por Radio Martí, debido a las insoportables presiones que, de hacerlo, recibirán de la delegación de la agricultura. Y como ese ejemplo te pongo el de los negociantes, con licencia o no, que tampoco pueden integrar una oposición a cara descubierta tal y como está concebida hasta ahora, como si Cuba fuera la India, porque no podrían soportar el acoso que, de inmediato, ustedes les harían a través de los inspectores o la policía para asfixiarles el negocio. Y a esa “clase responsable” agrego los estudiantes universitarios, los maestros, los médicos, los pescadores; todo el que sea vulnerable al chantaje de las autoridades, todo el que necesite del aval de “confiable” que entrega el comité militar para ejercer su profesión o para trabajar en su perfil.

  • Ya.

  •  

  • Bueno… ¿Le hablaste de mí a Virgilio?

  • Si

  • ¿Y?

  • Ya lo sospechaba. Es decir, que tú estabas detrás de todo.

  • ¿Cómo lo sospechaba?

  • Ya lo sospechaba; yo diría que casi que lo sabía. Desde el principio. Alguien le recordó que tuviera cuidado conmigo, que yo tenía un primo en La Habana con cargo importante en la seguridad del estado, y dice que enseguida se acordó de ti, de la escuela.

  • No me digas.

  • Así mismo. En estos pueblos no hay para dónde coger, Che. A un tipo que llega nuevo a vivir al pueblo, tú le haces un cuento y ya. Pero a uno nacido y criado en dicho pueblo, hijo de padres y abuelos nacidos y criados allí, es muy difícil. En un pueblo de provincia no se puede llegar inventando. Yo mismo, o nosotros, venimos de una familia de gente que se integró desde el principio a la revolución, o que al menos se adaptó a todo sin protestar nunca. ¡Hasta nos apodaron Camilo y Che a nosotros, mira si fueron fanáticos a Esto! Y la otra es que por naturaleza nadie, pasada la media rueda, se radicaliza en el bando opuesto. A los veinte sí, pero a los cincuenta no. A los cincuenta a lo más que se llega es al alejamiento sutil de todo lo que te complique la vida, y resulta que yo me arrimé a Virgilio justo cuando la seguridad empezó a enviarle sus F.H. para investigarlo en el taller literario. Ya por ahí te lo digo todo. Todo nuevo amigo de Virgilio a partir de que él empieza a relacionarse con disidentes de La Habana, repito que todo nuevo amigo, es sometido a sospecha de inmediato. Fue lo que hizo Virgilio conmigo.

  • ¿Y por qué no te planchó desde el principio?

  • Porque él, más bien, se sirvió de mí como correa de transmisión entre él y ustedes.

  • ¿Y tú no te le ofendiste cuando te dijo eso?

  • ¡Ah, Che! Si en la vida real me pagó con la misma moneda. Yo lo que sí sentí por él más respeto cuando me dijo eso. Y por mí sentí alivio, porque fue realista. Entendió que en el fondo… vaya que entendió que la vida es así, la ley de causa y efecto. Él hizo lo que hizo consciente del efecto, dispuesto a asumirlo, y punto.

  •  

  •  

  • Hasta yo lo respeto ahora…

  • ¡!

  • Vaya, que se ha ganado mi respeto después de lo que me acabas de decir, no vayas a pensar otra cosa.

  • ¡!

  • En serio, Camilo. Fuera de juego.

  • No, si… voy a hacerte el honor de creerte.

  • No es ironía no. Pero figúrate Camilo. No hay más remedio que ser irónicos y arar con los bueyes que tenemos. Somos marionetas de circunstancias mayores.

  • ¡!

  • Estamos atrapados en un remolino, y ahora lo que hay que hacer es salir con dignidad de ese remolino. Salir vivos y con dignidad, y lograr salvar a la mayor cantidad de gente posible. Y en este remolino, Camilo, Virgilio lleva la peor parte. Nosotros, los que somos realistas, vamos a salir del remolino, estoy seguro. Pero los idealistas como Virgilio… si no los ayudamos…

  • Y que está decidido a filmar otros videos, y no con camaritas digitales, sino con cámaras de alta resolución, que no sé qué organización del exilio quiere ayudarlo en su proyecto con lo que sea, luego del éxito objetivo que ha tenido dentro de Cuba el vídeo de las orientalitas.

  • Pero y si es así… lo de oposición sustentable se iría a pique. Entonces lo podríamos acusar de mercenario y juzgarlo por la ley mordaza.

  • Eso le dije yo.

  • ¿Y qué te dijo?

  • Que es una decisión que tenía que tomar. Que tenía que pensar mucho en eso. Porque, según él, todo en la vida tiene que evolucionar. Y si bien este video de las orientalitas le funcionó, o sea que tuvo el impacto local que quería, ya el segundo video será más difícil que funcione porque la seguridad estará alertada. O quien sabe si pase lo que con las cartas abiertas, que perdieron impacto a partir de la tercera. Además, que tiene que comer. Ya nadie le da trabajo, ya casi nadie le visita, por la calle le dan la espalda para evitar que la seguridad relacione con él a quién le salude. Incluso los que simpatizan con él, los que lo admiran, le saludan de medio lado. Es mayor el miedo que le tienen a ustedes, que la admiración que sienten por él. Eso Virgilio lo comprende. La excepción de la regla soy yo, y eso… tú sabes.

  • ¿Tú sabes qué?

  • Que no hay espontaneidad en mi actitud. Que yo no lo he abandonado, porque soy tan seguroso como tú y como Gustavo.

  • Bien Camilo, entremos en materia. Sabemos ya de nuevos planes de Virgilio. Sabemos que anda haciendo investigaciones para dar un paletazo fuerte en el combinado pesquero, y eso no se le va a permitir. De hacerlo, lo más probable es que se le juzgue por la ley 88 de protección a la economía nacional.

  • La ley mordaza.

  • Exacto, la ley mordaza.

  • Pero, ¿qué tipo de denuncia haría?

  • Eso no lo sabemos. Lo único que sí sabemos, o que sí conocemos, es de la capacidad intelectual de Virgilio para poner el dedo en la llaga, y crearnos una situación política dentro del municipio. Un problema grave que va a recibir –no lo dudes- una cierta cobertura mediática.

  • ¿Pero cómo lo saben? Eso no me lo contó.

  • Ya nosotros no tenemos vela en este entierro, Camilo. El caso Virgilio se nos fue de las manos, y la prueba es ésta. Tenemos algún que otro FH entre los marineros que han informado, y tenemos que actuar no como antes, con la exclusiva, sino como una pieza más de la maquinaria.

  • ¿No será la denuncia medioambiental de la planta tratadora de agua que nunca funcionó, que está ahí solo para presentarla cuando venga alguna inspección internacional?

  • Qué explícito eres, Camilo, cómo te gusta subrayar lo obvio como si yo no estuviera al tanto. No. Ojalá y fuera eso. Eso es bobería; eso no va a detener la industria, como sí la detendría un reordenamiento del sistema de producción y comercialización pesquera. Tenemos información de que Virgilio va a tirarse en grande esta vez. Va a meterse en el asunto de los derechos de los trabajadores, de sus bajos salarios, del modo en que manipulamos las “categorías sociales de confiable y de no-confiable”…

  • ¿?

  • Confiable en el argot marinero de allá, es aquél que se la deja meter y no solo no protesta, sino que se menea. Confiable es aquél que paga la mano de obra del arreglo del barco, así como las piezas del mismo, con el dinero de la langosta que contrabandea. Al mismo tiempo que, públicamente, afirma que es la empresa quien le arregló el barco y se lo garantizó todo; la misma empresa que le prohíbe contrabandear.

  • Ya. Y qué loco es el que va a prestarse para un video como ese, suponiendo que Virgilio haga, con el pescador víctima, lo mismo que con la orientalita víctima. Un pescador no es un gato acorralado en una cocina. Un pescador es chantajeable, vulnerable a la asfixia económica, miembro de esa “clase media”, de hombre que protesta menos y que lucha más.

  • ¿Qué pescador?; uno ahí. Uno que, hace un par de años, fue bajado del barco por un oficial de los nuestros, que le retiró el carné de pesca, y le prohibió entrar al puerto de por vida.

  • ¿Y por qué lo bajan del barco?

  • Porque el tipo arregló su barco, pintó su barco, y luego le tiró fotos para que su hermano lo viera en Miami.

  • Ya sé quién es. Pero Che, ese hombre no hizo nada. Ese hombre era un pescador sencillo, un mulo trabajando, un tipo orgulloso del arreglo que le hizo al barco, y solo quiso tirarle fotos para que su hermano lo viera en Miami. A la gente de Gustavo se les fue la mano. Se le quitó la cámara, se le acusó de estar espiando para los americanos, y se le hizo talco. Un hombre analfabeto que pescó toda su vida… yo no entiendo, la verdad. Se le dejó en la calle de un día para otro, y arréglatelas como puedas. A ver, explícame.

  • Resulta que hay una ley que prohíbe tirar fotos en las unidades militares. En ningún país del mundo dejan tirar fotos en las unidades militares.

  • Pero no estamos hablando de una unidad militar, sino de una empresa pesquera.

  • Igual, Camilo. Tú sabes que, en este país, el mar es la frontera. Y toda frontera constituye un objetivo militar. No nos desgastemos discutiendo este asunto porque, ni le vamos a dar solución, ni lleva a parte alguna. Concentrémonos en cómo evitar que la cadena se parta por el eslabón más débil –que se va a partir. De que se parte, se parte. Ese pescador está decidido a filmar un vídeo hablando mierda. Ese pescador no va a hablar de injusticias ni de cosas abstractas como la democracia o los derechos humanos, sino que va a hacer una señora denuncia que va a poner al descubierto la corrupción, con nombres y apellidos, de militares del MININT del municipio, de militantes del partido del municipio, del ministro de la pesca, de la misma seguridad del estado local y luego Virgilio –estoy seguro- se encargará de manipular las respuestas a través de preguntas capciosas que pongan en entredicho las políticas económicas y sociales de la revolución, las políticas de los sindicatos, en fin, que no se lo van a permitir, Camilo. Es, Virgilio solo, contra el mundo.

  • ¿Y si hablaran con el pescador?

  • Por gusto. Ya se hizo, y está trancado.

  • ¿Y si lo sobornaran, devolviéndole el barco y el carné de pesca?

  • Ya lo intentamos y no quiere. Se transformó… y le dijo a Gustavo que todo se lo podía meter por c…, que ya era muy tarde. Que ese hermano suyo de Miami, que una vez al mes le envía cien dólares, le dijo que no se arrastrara más ante los comunistas, y que les diera a probar de su propia medicina para que aprendieran a respetar a los hombres.

  • ¿Y entonces?

  • Vamos a hacer una cosa. Dile a Virgilio que yo quiero hablar con él. No como oficial del MININT, sino como compañero de la infancia. Invítalo a mi casa, y

  • déjame intentarlo. Más no puedo hacer.