19-2-2008

 

LA VALENTÍA DE PABLO VALIENTE

 

El siguiente fragmento es de una famosa novela de la ciencia ficción, 1984, de George Orwell, escrita a fines de la década del 40, en la que el autor imagina al mundo futuro dividido en tres agresivos mega imperios de corte estalinista, puede que a más de uno les recuerde algo:

"Su mente se deslizó por el laberíntico mundo del doblepensar. Saber y no saber, hallarse consciente de lo que es realmente verdad mientras se dicen mentiras cuidadosamente elaboradas, sostener simultáneamente dos opiniones sabiendo que son contradictorias y creer sin embargo en ambas, emplear la lógica contra la lógica, repudiar la realidad mientras se recurre a ella, creer que la democracia es imposible y que el partido es el guardián de la democracia, olvidar cuanto fuera necesario olvidar y, no obstante, recurrir a ello, volverlo a traer a la memoria cuando se le necesitara y luego olvidarlo de nuevo (...) incluso comprender la palabra doblepensar implicaba el uso del doblepensar."

Sin comentarios.

Acá en Cuba no utilizamos ese eufemismo. Acá usamos frases como "estar conscientes del momento histórico" y cosas por el estilo. ¿Que a qué viene esto? Pues a que la semana estuvo caliente: un par de selectos estudiantes de la Universidad de Ciencias Informáticas increpó al presidente de la Asamblea Nacional Ricardo Alarcón, en una reunión a puerta cerrada, y alguien filtró un vídeo de la misma a la BBC de Londres, que colocó fragmentos en Internet. Nada del otro mundo; los muchachos solo preguntaron lo que se preguntan todos los cubanos todos los días en todos los rincones de la Isla. El alboroto se debió a que jamás la televisión y la radio, en más de cuarenta años de revolución, había dado fe de la rebeldía de su vanguardia: la juventud universitaria.

Días antes, en una de las reflexiones de Castro publicadas en Granma, el anciano había tildado de "malagradecido jovenzuelo" a cierto estudiante que se había atrevido a cuestionar vállase a saber cuáles de los dogmas "sagrados" instaurados por él, recordándole lo de la salud y la educación gratuita. El viernes 8 de febrero el mundo –exceptuando a Cuba- se enteró a través de Internet lo que imagino yo desencadenó las descalificaciones publicadas en aquellas reflexiones. Tal fue el alboroto, que al Juventud Rebelde del domingo 10 de febrero no le quedó más alternativa que la de recurrir a uno de sus paladines del "doblepensar" para un desagraviante artículo: El fantasma de la tontería "informa" sobre Cuba.

Pablo Valiente lo comenzó deplorando los titulares con que varios medios del mundo se hicieron eco del asunto: "El fantasma de la crítica recorre la Cuba de Raúl Castro" –el que versionó para encabezamiento de su artículo sustituyendo "crítica" por "tontería" y "recorre" por un "informa" entre comillas. "Jóvenes cubanos critican la dictadura." "Quieren ver el mundo real." "La mirada crítica de Silvio." "La bola de nieve de la crítica llega a Cuba incluso a círculos oficiales." "Intelectuales cubanos se abren a la crítica sin tapujos", entre otros. La retórica que empleó en su intento de hacer ver en lo ocurrido un exagerado alboroto, e incluso un bien planeado ataque mediático, no creo que llegue al cubano medio. Todavía estoy intentando descifrar qué quiso decir cuando afirmó que "Está por otro lado la creencia del pensamiento liberal burgués de que en la discrepancia, la confrontación, el enfrentamiento y la inestabilidad de los sistemas están las fuentes de desarrollo, lo cual para nada tiene que ver con la visión dialéctica de que la estabilidad y desarrollo de los sistemas radica en la unidad y lucha de sus fuerzas internas, en la negación de un estado de cosas que niegue al anterior, dentro de una espiral de transformaciones cualitativas y cuantitativas que sostenemos los que nos adscribimos al marxismo" Tengo la impresión de que Pablo Valiente se contradice al afirmar tal cosa; es decir, que el pensamiento burgués está equivocado en lo que respecta a lo de las fuentes de desarrollo, porque en la práctica son ellos, y no los marxistas, los que lo han alcanzado. ¿O estará ajustándose a la teoría del doblepensar: "hallarse consciente de lo que es realmente verdad mientras se dicen mentiras cuidadosamente elaboradas"?

Más adelante empleó una metáfora para calificar el término "problema": "no solo plantear tiñosas, sino ofrecer jaulas para meterlas. Claro, hablamos de criticar para construir, no para destruir". Y el caso es que el lector del Juventud Rebelde sigue y seguirá sin saber a qué críticas destructivas se refiere, a qué tiñosas sueltas, a qué tonterías cuando dice "basta de tonterías, señores", por qué es que afirma que alguien pretende que nos despellejemos en público, que nos avergoncemos de nosotros mismos y de nuestra historia, que buscan que la humorada desdiga de nuestra condición de pueblo valiente, listo y vencedor.

Pablo Valiente hubiese ahorrado tinta si el Juventud le hubiese permitido publicar este fragmento, pero no. Como "revolucionario consciente del momento histórico" se valió del doblepensar en un artículo cuya filosofía intrincada impidió llegar al cubano de a pie, que si al igual que la mayoría no tiene acceso a fuentes alternativas, se quedará sin saber cual fue la bola de nieve que empezó a rodar.