6-12-2008

 

SENTIDO DEL MOMENTO HISTÓRICO

 

¿Sabemos realmente qué es? Tener sentido del momento histórico suena a cosa importante. Es necesario esgrimirlo a la hora de explicar temas tan complejos como el papel que le ha tocado jugar a nuestro país en la Historia, papel que según los actores principales, nos trasciende, como mismo trasciende al intelecto humano el Misterio de la Santísima Trinidad. Tener sentido del momento histórico es tener la conciencia lo suficientemente clara como para mantenerla oscura cuando haga falta. ¿No me hago entender?

Por ejemplo, el momento histórico actual necesita de la reconciliación con la Unión Europea. La Unión Europea condiciona sus relaciones a ciertas garantías ciudadanas recogidas en unos pactos de derechos civiles y políticos que, según nuestros ideólogos, entienden de una manera diferente. ¿Qué hacemos? Pues firmamos para hacerles creer que vamos a replantear seriamente nuestro dogma marxista estalinista a la cubana, y en lo que el palo va y viene ganamos tiempo para crear mecanismos que eludan el compromiso adquirido. ¿Cuáles mecanismos? Un ejemplo claro lo puso hace poco el canciller, al afirmar que en Cuba no hay presos por pensar diferente, que los que pretenden llamarse presos de conciencia en realidad son mercenarios ¿Ya entendió?

Para tener sentido del momento histórico no hace falta ser un sabio. Dijo Cintio Vitier que la Revolución nos enseñó que no nos hacía falta lo que Octavio Paz había llamado el "mito de la crítica", es decir, el mito de la modernidad europea según el cual la única verdad es la crítica misma, sino el martiano "amar, he ahí la crítica, porque de lo que se trata es de engendrar justicia". De ello se desprende que, quien ama a la Revolución por encima de todo, siempre tendrá sentido del momento histórico porque quien ama no critica, sino comprende y justifica. No vaya a pensar que enturbio las aguas para que parezcan hondas: es el caso del caballo de Rebelión en la granja, que precisamente por ser el más idiota, era el más revolucionario.

¿Se ha preguntado ya por qué tanto alboroto con los intelectuales del grupo Orígenes después de la caída del campo socialista? Porque fue precisamente uno de los miembros de este grupo, nuestro Cintio, quien más sentido del momento histórico demostró tener, al elaborar un conjunto de teorías útiles y paradójicas, pues desde posiciones anti intelectuales justificó intelectualmente el aferramiento de nuestros gobernantes al poder. El dogma marxista que oponía la "conciencia crítica" al rol de "participante activo", lo sustituyó por el que oponía la "conciencia crítica" al rol de "participación poética". Parece complicado pero es simple: es asumir a la revolución como "un gran salto poético adelante".

No crea que pretendo hacerme el inteligente, porque muchas de estas teorías no las entiendo. Por ejemplo aquella que habla de propiciar la plenitud de la resistencia (resistencia de Cuba a la caída del campo socialista) como si fuera el nacimiento de un poema colectivo, ya que la historia para nosotros no se parece a la razón ni al absurdo, sino a la poesía. A la fórmula hegeliana "todo lo real es racional", y a su reverso surrealista "solo lo irracional es real", oponer la causalidad de la gestación oculta y del nacimiento como irrupción, la causalidad de la poesía.

Qué significa todo esto... vaya usted a saber. Pero aceptarlo es tener sentido del momento histórico.

Una última curiosidad: ¿sabía usted que nuestro Cintio tiene una fórmula para el descreimiento en la revolución de los nuevos intelectuales y para el desarraigo de aquellos que en busca de mejor fortuna deciden abandonar el país? Se trata de la lectura de Martí. Según él Martí es nuestra más segura tabla de salvación nacional; un martiano nunca será un marginal de la patria, un irresponsable ni un antisocial, e incluso nuestra juventud, leyendo a Martí, quedará inmunizada contra esa fatal corriente llamada posmodernismo que hace caer a las masas en el consumismo y lo superficial y a los intelectuales en un escéptico desarraigo. Haga la prueba, y cuando se tope con un grupo de jóvenes despachándose violentamente contra la patria porque en ella se les obstaculiza adquirir una moto o un carro, recomiéndele de buena fe leer a Martí. Eso sí, vaya prevenido, porque su integridad moral no se la garantizo.

Fuente: Los límites del origenismo. Duanel Díaz.