25-3-2008

Comentarios a la prensa oficial

 

La incertidumbre continúa, y el pueblo, como pescado en nevera. Lázaro Barredo, en el Granma del 14 de marzo, calificó las reacciones de buena parte de la población referentes al discurso de Raúl del 24 de febrero, (entre otras la bola que rodó acerca de un inminente cambio de moneda) como un espejismo generado por la sed en medio del desierto, cuando afirmó que muchos esperan que implementando determinadas medidas, entre ellas las referidas a la eliminación de prohibiciones innecesarias, los oasis aparecerán. Y claro que no. En el extenso artículo, lo único que se le ocurrió sugerir para encarar el despeje de dichas medidas –desconocidas aún- es producir más. El cómo hacerlo sí que no se atrevió a sugerirlo, porque respuesta estoy seguro que tiene. No obstante, en lugar de arremeter contra la ineficiencia de un sistema económico obsoleto, la emprendió con uno de los sectores más discriminados por la política y la ideología oficial: los "merolicos", insinuando que éstos quieren vivir sin trabajar queriendo tenerlo todo a cuenta de los demás. ¿Acaso no se da cuenta que afirmar tal cosa es alimentar la bola que ya está rodando de que se va a obligar a la gente a trabajar con el Estado, como en los años setenta? Sospecho que la ceguera del periodista se deba a la altura del escaño que ocupa dentro del oficialismo, pues para nadie es un secreto que es precisamente este sector quien surte día a día el mercado del que se alimenta el pueblo: el mercado negro. Y ahí sí que no se trabaja ocho horas de lunes a viernes con derecho a vacaciones: ¡ahí sí que hay que morderla, sobre todo para pagar las frecuentes y astronómicas multas y sobornos que cobran inspectores y policías!

En el plano ideológico, Armando Hart nos sorprendió con lo que puede calificarse de "revelación" para un diario históricamente irreligioso. Según palabras suyas, nos recordó que una de las singularidades que está presente en nuestra cultura desde su momento forjador, es una ética de raíz cristiana. Comenzó hablando bien del cardenal Tarcisio Bertone, continuó con los dos últimos Papas que ha tenido la Iglesia Católica, para terminar reconociendo a Martí como parte del eslabón de una cadena a la que pertenecieron el Obispo Espada, el Padre Varela, Luz y Caballero, y terminar con Manuel Sanguily, quien propició en 1901 que en la Carta Magna de la República se invocara el nombre de Dios. Aunque a mitad del artículo se declaró no creyente, en lo adelante escudriñó en el terreno de la teología, citó una especie de Génesis según Frey Betto, y terminó informándonos que nuestro Comandante en Jefe es el más importante continuador de los próceres y pensadores cubanos, al que debiéramos estudiar creyentes y no creyentes. A respecto solo diré que cuando leí esto, corrí a llevarle la propuesta de Hart a un amigo que en su juventud, a causa de su fe, se vio obligado a cortar caña en un campo de concentración del Camagüey. Suerte que corrí y me dio tiempo cerrar la puerta, pues la Biblia que tenía a mano y amenazó con lanzarme, era de carátula dura.

La cómica la puso Héctor Arturo con el artículo "¡Tiene tanto de periodista el Soldado de las Ideas!", así, con mayúsculas los dos últimos sustantivos. No creo que sea necesario decir a quién se refiere. Baste con decir que Héctor Arturo, emocionado, abrió signo de exclamación cuando se refirió a un texto de dicho "soldado" leído en la Cumbre de Río en 1992, calificando el tiempo que empleó para el mismo en "¡qué cinco minutos aquellos, todavía vigentes como alertas para la Humanidad en peligro de extinción!"

Razón tuvo Armando Hart cuando sugirió a creyentes y no creyentes estudiar a éste "soldado" que en Río en el 92 descubrió el agua fría, y que pidió a los periodistas en su congreso que lo consideraran como uno de ellos, pues en la batalla donde combate, las armas que suele esgrimir contra sus colegas de oficio no son precisamente las ideas.

Domingo 16 de marzo.